martes, 4 de enero de 2011

Descripción


Uno va corriendo al galope, tucuc-tucuc-tucuc, corre-corre-corre, mas rápido, cada vez mas rápido, hasta que adquiere una velocidad que podremos denominar crucero, y sigue tucuc-tucuc-tucuc, el trote se vuelve monótono.
De pronto te caes del caballo. Y quedas tirado en el piso, en un estado irreconocible, irreconciliable, en un No lugar. No tenes ni la más pálida idea de quien sos, para qué carajo viniste a esta tierra, y a donde tenes que ir (si es que hay que ir a algún lugar).
La mejor opción frente a este panorama es quedarse unos meses tirado, total ya va a haber tiempo para levantar campamento y seguir la luz. Mientras tanto es bueno flotar un poco en la pileta, caminar al costado de la vía, bicicletear por  la calles del pueblo.
Ahora estoy en el Limbo, ese lugar raro entre lo que era y lo que seré, entre lo vivo y lo muerto.

Buenos días para todos.

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